Medidas de eficiencia energética en edificios: Bajar la demanda
«La mejor energía es la que no se consume»
Utilizando técnicas pasivas se puede reducir significativamente la demanda energética de los edificios. Para ello actuaremos principalmente en la envolvente. La envolvente es la parte que está en contacto con el entorno e incluye la fachada, la cubierta, los huecos (puertas, ventanas…) y el suelo.
Un ejemplo muy gráfico para distinguir una envolvente eficaz de una que no lo es, es comparar el comportamiento de una cafetera con un termo.
La cafetera necesita recurrir a la electricidad para mantener el café caliente puesto que por sus paredes se pierde la energía.
El termo mantiene el calor del café gracias a que sus paredes están aisladas.
Para reducir la demanda podemos:
Orientar adecuadamente el edificio
En el hemisferio norte la orientación ideal de un edificio es la norte-sur si disponemos de doble orientación.
Gracias a la inclinación de los rayos del sol más horizontales en invierno conseguimos el máximo potencial de iluminación natural y de insolación directa mientras que la inclinación de los rayos del sol más verticales en verano nos permiten conseguir una iluminación natural a través de la irradiación indirecta
Elegir un color de la envolvente adaptada al clima donde se sitúa
Se elegirán colores claros en las áreas cálidas y colores más oscuros en las áreas frías
Aumentar el aislamiento
El aislamiento ayuda a mantener el calor dentro durante el invierno y fuera durante el verano.
Podemos colocar materiales aislantes en el exterior, en el interior o en la cámara de aire de las paredes.
La opción más eficaz es colocar aislamiento térmico continuo por el exterior de la envolvente, eliminando así los posibles puentes térmicos.
Eliminar puentes térmicos
Conseguir que el aislamiento térmico sea continuo para evitar que haya fugas de energía a través de capialzados de persianas, perímetro de huecos, discontinuidad de la fachada por forjado y pilares.
En los huecos utilizaremos carpinterías con rotura de puente térmico y vidrios bajo emisivos para evitar perder energía en las superficies acristaladas.
Aprovechar la iluminación natural y la energía solar durante los meses fríos
Para capturar el máximo potencial de irradiación solar directa e indirecta se pueden instalar superficies de cristal que creen un efecto invernadero, capturando así la energía térmica a través del uso de materiales que tienen una capacidad elevada de capturar y acumular la energía térmica del sol en su interior y liberarla lentamente cuando los alrededores alcanzan temperaturas más bajas.
Aparte de las ventanas hay una serie de componentes arquitectónicos que contribuyen a capturar la energía solar: galerías, patios, porches, atrios, conductos de luz, conductos solares, lucernarios, invernaderos, muros trombe.
Proteger los huecos de la radiación excesiva de sol durante los meses cálidos
Dispositivos de sombreamiento en huecos: toldos, persianas, parasolesfijos o móviles diseñados según la orientación del sol (Sur, Este, Oeste…) de la que nos queremos proteger.
Vegetación (horizontal o vertical) que provee de sombra y acondicionamiento climático en los espacios libres.
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